Apellido: Bravo

Bravo

A pesar de que la etimología oficial, ofrecida por la RAE, para la palabra bravo es del latín "pravus"; la evolución fonética de una p- a una b- inicial, no corresponde a un proceso natural en la evolución del castellano. Lo que ha producido un número de alternativas:

  • bravo podría ser un préstamo de una lengua germánica. Pero esta teoría es rechazada porque bravo como tal (en la configuración morfológica y semántica en que se usa en la actualidad, no sólo en español, sino también en italiano (de donde pasa el francés e inglés, en la forma brave) no pudo gestarse sino en España, donde está tan radicado que incluso llegó a usarse como topónimo (en Galicia, lo que es una pista no desdeñable hacia el foco de irradiación) y como nombre personal: Bravo es uno de los apellidos más frecuentes de España.
  • bravo podría venir del griego βραβεῖον (brabeion = premio de victoria). Esta teoría es solamente una ocurrencia improvisada basada en homofonía. No hay ningún dato que la sostenga.
  • otra muy popular por ser promovidas por Wilhelm Meyer-Lübke (1861-1936) y Joan Corominas (1905-1995) es que bravo viene a partir del latín barbarus (bárbaro), pasando por un *bravu. Esta teoría no es muy convincente puesto que el término barbarus no es tan difícil de pronunciar como para motivar una evolución tan complicada. Además, el que esta evolución fuera muy antigua (digamos anterior a la invasión árabe) y generalizada en toda la Península Ibérica, también es bastante improbable. En cambio barbarus se encuentra documentado en las acepciones de 'salvaje', 'indómito' etc. desde la antigüedad, y se usa con frecuencia en la Edad Medial.
Está claro que el paso de p- a b- en posición inicial, medie la líquida o no, no es canónico, lo cual no quiere decir que no se dé esporádicamente. Ofrezco algunos ejemplos de ámbito galaico-leonés:
  • lat. pallore, gall. balor, baloro, barolo (por metátesis);
  • lat. pustula, gall. bostela, postela;
  • lat. portulaca, gall, verdoaga;
  • lat. perticu, gall. bértego-pértego.
Cf. también el doblete Báez-Páez, formas gallegas del apellido patronímico Peláez (Pelagici). El lat. prunus explica el gallego bruño y una serie de derivados toponímicos (Bruicedo, Bruñeiras, Bruñido).

El gran romanista J.M. Piel propone, a mi entender convincentemente, como etimología del lugar llamado Briabe (provincia Coruña) un antropónimo latino en genitivo *Priapi. Menéndez Pidal, en Orígenes del Español demuestra, aportando documentos Leones del s. X en que encontramos el adjetivo pravus, en esa forma y ya evolucionado a bravos, confrontado a domitus. El sentido, claro, es de 'salvaje', 'inhóspito' frente a los territorios ya desecados, o rozado, o lo que sea para adaptarlos a la vida civilizada. Por otra parte, Bravos se repite como topónimo hasta tres veces en Galicia, lo que me parece que está en conexión con los documentos leoneses. Es cierto que en lat. pravus significa 'cruel, malvado', pero de ahí a la acepción 'salvaje' no hay más que un matiz. De ahí a la de 'valiente' (pensemos en los toros bravos) no hay más que un paso. Para mí pravus y sus aplicaciones ibéricas durante la Edad Media explican perfectamente la forma y la carga semántica del moderno bravo.

- Gracias: JoseAnguita


Entre las dos hipótesis etimológicas acreditadas sobre el origen de bravo, claramente me inclino por preferir la de barbarus. No me parece plausible lo de pravus primero por razones semánticas, pero sobre todo subrayo el hecho de que el adjetivo latino pravus no haya pasado a las lenguas romances (cuestión que para mí es muy decisiva), además de que la sonorización de pr- en br- sería algo, sino imposible, muy excepcional.

Barbarus, en mi opinión, en el habla popular habría pasado a bárb(a)rus, con pérdida muy habitual de una vocal postónica en palabras de tres o más sílabas. De barbrus se pasaría a una forma simplificada y disimilada, eliminando una de las dos /R/, brabus. No estoy seguro de que sea la solución definitiva, pero lo de pravus me convence mucho menos.

Sabido es que las voces latinas frecuentemente producen dobletes en castellano: es decir, la palabra de origen culto o escrito y su correspondiente forma popular con los consabidos cambios fonéticos. Así tenemos dobletes como legal y leal, límite y linde, fastidio y hastío, nominar y nombrar, minuto y menudo, etc. Ahora bien, una palabra tan usual como el latín barbarus no presenta ninguna forma popular, siendo así que la vocal A postónica debería caer y dar normalmente *barbrus. La problemática pronunciación de una palabra como la anterior habría originado su paso a *brabu / bravo, que sería el doblete popular de la forma culta bárbaro y que explicaría la anomalía de que una palabra latina trisílaba con una sílaba segunda átona no haya originado en romance otra voz popular, evolucionada en su fonética.

- Gracias: Pedro Menoyo Bárcena


A finales del s. XIX el alemán Diez propuso pravus como etimología, sin dar demasiadas explicaciones. A los pocos años le responde Cornù, presentando barbarus como étimo. Entre los argumentos que esgrime está una serie de documentos portugueses, que van desde el s. VIII al s. XI y que presentan las fórmulas terras cultas vel barbaras, terras ruptas vel barbaras o terras incultas vel barbaras. Además, aporta algún uso antiguo en que barbarus se aplica a animales (vespis -avispas- barbaris en Plinio, cf. ThLL, s.v.). Esta etimología es la aceptada por Meyer-Lübke en su diccionario etimológico. En sus Orígenes del Español, Menéndez Pidal califica de inaceptable, por enrevesado, el paso de barbarus > bravo, previa pérdida de medial átona y doble metátesis. Él sostiene la etimología de Diez, aportando una serie de documentos leoneses en los que la pravus se alterna con bravus en una fórmula estereotipada, como la de los documentos portugueses. Cito algunos ejemplos:

Sahagún 954: tam domitum quam etiam et pravum

Eslonza 1030: tam domitum quam etiam et bravum

Eslonza 1035: tan etiam in prabo quam etiam in domitum

La serie de documentos latinos leoneses se alarga y en ella se puede ver cómo bravum y pravum aparecen alternados con toda naturalidad durante todo el s. XI. Por mi parte, os remito al índice de concordancias del CORDE para que comprobéis cómo esta expresión, con el mismo significado (territorios cultivados e incultos) se perpetúa en lengua romance en una buena cantidad de documentos, en la forma (variable) de dondo (>domitus) e bravo (1254); dondos ye bravos (1259), donda e brava (1226).

Otra de las objeciones de Menéndez Pidal a la etimología de barbarus es que jamás se encuentra en la Edad Media aplicada a animales. De nuevo os remito al CORDE, donde podréis ver que las primeras aplicaciones de bárbaro (entre 1100 y 1300) en español son con el significado de 'extranjero'. Sin embargo, bravo aparece con gran frecuencia aplicado tanto a territorios como animales como personas. La principal acepción es 'fiero', 'cruel' e incluso 'malvado'. Para mí, es argumento decisivo que en la Primera Crónica General, la siguiente frase de Jiménez de Rada, aplicada al rey Mauregato, pravus in Pravia habuit sepulturam, es traducida de la siguiente forma: "et porque fue malo et brauo en todos sus fechos fue enterrado en Prauia".

A pesar de la contundencia de la argumentación de Pidal, Meyer-Lübke no se rindió y propuso que, como tanto barbarus como pravus aparecían en los documentos latinos equivaliendo a bravo, por fuerza una de las dos tenía que ser una traducción de tipo culto de los escribas. Curiosamente, su especioso argumento de que, como la forma barbarus estaba más alejada que la forma pravus de la forma bravo, aquélla debía ser el étimo correcto, convenció a Corominas (pienso que detrás hay alguna razón personal que se me escapa, pues la toma de posición de Corominas está llena de justificaciones extralingüísticas).

Sin embargo, Corominas aportó también apoyo lingüístico a la teoría de Cornú. En su larga entrada en el DCECH, afirma que el paso pr- > -br sería algo único lo que invalidaría la posibilidad de que bravo venga de pravus. bravo venga de pravus. Ya hemos visto como no es así, que hay varios ejemplo de procedencia gallega que niegan este aserto. A continuación, defiende la naturalidad del paso barbarus > bravo, aduciendo las analogías de citara < cedra (donde ni siquiera hay metátesis), bebra > breva y bebraje > brebaje. Curiosamente, aporta también la evolución de Rheum barbarum > Ruibarbo, que no apoya precisamente su defensa de la metátesis necesaria.

Para terminar, creo que está clara cuál es mi opinión: el argumento de la imposibilidad del paso pr- > br- no se sostiene, pues hay ejemplos que lo anulan. Para el paso fonético de barbarus a bravo, sin embargo, no encuentro ningún paralelo. En realidad, yo no he sabido encontrar ningún ejemplo. El de bifera > bebra > breva, que es el más sólido y cercano, no presenta la sílaba trilítera inicial, que, al menos en la combinación bVr- es extraordinariamente resistente (yo al menos no he encontrado ningún ejemplo de alteraciones de la misma). En cuanto a la semántica, los primeros ejemplo de bravo en español están muy cercanos al pravus latino, y ya hemos visto cómo hay abundante documentación de que, al menos entre los ss. XI-XIV, se sintió la correspondencia entre uno y otro término. Para explicar los barbarus portugueses, me atrevería a utilizar el propio argumento de Meyer-Lübke para pravus: son traducciones cultistas. En cuanto a las connotaciones positivas del adjetivo, en palabras del propio Corominas, no se documentan hasta bastante más tarde (s. XVI).

A pesar de todo lo expuesto, pienso que hay algo raro en todo esto. Es decir, que pravus no explica por sí sólo a bravo. Cuando tenemos una evolución fonética anómala, hemos de pensar en una interferencia, en una aproximación analógica a otro término que fuera parecido a pravus tanto en la forma como en la semántica, y que comenzara por br-. Esto nos llevaría seguramente a un término prelatino o germánico (Esta larga serie de comentarios comenzó con una propuesta de étimo gótico). Yo no me atrevo a postular uno con seguridad, pero si a apuntar algunas sugerencias: está el verbo bramar por una parte; por otra, un adjetivo celta, que vi en un ejemplo del Glossarium de Du Cange, brana vacca, definido como 'esteril'. Esta etimología ha sido desechada de malas maneras (cf. entrada del CNRTL, al final). Sin embargo, en el CORDE se puede comprobar como en muchas ocasiones se opone en los documentos a una vaca o una yegua brava a otra que ha parido. Con esto, repito, no estoy postulando respuesta alguna, aunque si sugeriendo una posibilidad de explicación.

En conclusión, mi opinión: la etimología de bravo remite al latín pravus, aunque yo no me atrevería a negar en un cruce psicológico con otro término, como los apuntados, o cualquier otro.

- Gracias: JoseAnguita

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